Aplicando prácticas de estilo de vida cardiosaludables, podemos reducir en gran medida el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Las enfermedades cardiovasculares son afecciones provocadas por la interacción de dos o más factores de riesgo. De este modo, hasta el 90% del desarrollo de un evento cardiovascular puede evitarse adoptando prácticas de estilo de vida saludables que favorezcan la salud cardiovascular.
Los más comunes son la obesidad, la diabetes, el tabaquismo, la hipertensión arterial y la hipercolesterolemia. Entre ellas, destacan la diabetes y la obesidad, ya que han sido bautizadas como las "epidemias del siglo XXI". En realidad, el diagnóstico de síndrome metabólico -que se produce cuando una persona presenta muchos factores de riesgo además de la obesidad abdominal- es cada vez más frecuente. Además, están apareciendo factores de riesgo adicionales, como el consumo de drogas, el estrés o la apnea del sueño.
Así pues, unas pautas sencillas de aplicar en la vida cotidiana son la base de unas prácticas de estilo de vida que pueden reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular:
Una dieta variada y equilibrada que incluya todas las categorías de alimentos en las proporciones y cantidades sugeridas. Los alimentos de origen vegetal como los cereales integrales, las legumbres, las frutas, las verduras, el pescado, las carnes magras como el cerdo o el pollo sin piel, los frutos secos y el aceite de oliva como principal grasa y aditivo para cocinar deben constituir la base de una dieta cardiosaludable. Además, se aconseja moderar el consumo de alimentos procesados y carnes grasas.
Elija métodos de cocción bajos en grasa, como asar, cocer al vapor o hervir. Estos métodos ayudan a reducir la grasa de cocción. Del mismo modo, se aconseja eliminar la grasa visible de la carne antes de cocinarla, desgrasar las sopas y limitar el consumo de comida frita. Lo ideal es que los platos fritos se hagan con aceite de oliva, y que la grasa sobrante se limpie con papel absorbente.
Mantener excelentes hábitos fuera de casa: Se aconseja seleccionar los platos más adecuados del menú cuando se cena en un restaurante. Algunas de las claves para controlar las comidas fuera de casa son elegir ensaladas, lentejas o carnes y pescados a la plancha; alejarse de guisos o platos pesados con salsas grasas; y seleccionar fruta natural para el postre. También debemos esforzarnos por consumir menos azúcar.
Lleve un estilo de vida activo añadiendo pequeñas actividades a su rutina diaria, como utilizar las escaleras, bajarse del autobús una parada antes y caminar, o montar en bicicleta. Además, haga ejercicio durante al menos media hora cada día. Elegir la opción que mejor se adapte a las necesidades y preferencias de cada persona favorece la constancia.
Vigile su salud: Programe una revisión con su médico en función de sus necesidades individuales para determinar el posible riesgo cardiovascular. En Christus Muguerza, los profesionales responden a todas sus preguntas y le asesorarán sobre las mejores medidas de prevención.
Deje de fumar y limite el consumo de alcohol: Fumar aumenta las probabilidades de sufrir un infarto de miocardio o un ictus. Hable con su médico sobre las diversas tácticas que puede seguir con éxito si tiene dificultades para dejar de fumar. De forma similar, consumir demasiado alcohol aumenta el peligro.
Reconozca las señales: El momento oportuno es un factor clave. Por eso, conocer los síntomas primarios de las principales enfermedades facilita reconocerlas a tiempo y buscar atención médica de urgencia, lo que acelerará el curso del tratamiento y mejorará el pronóstico.